'Türelem' parte de una situación cotidiana para contar algo especial.
El mundo cotidiano, con sus microscópicos eventos, el fluir de un proceso de trabajo, e
incluso el aburrimiento entre dos eventos, fueron los temas que quería tocar en el proyecto.
¿Es posible conocer a una persona observando únicamente su cara?
Esa era la idea, pasar diez minutos con alguien que trabaja en un sitio muy especial, una extraña, incluso si la conoces mejor al final que al principio. Una cara es un paisaje cambiante y misterioso que revela sólo una parte. El secreto de la protagonista refleja el que la rodea.
¿Podría dar unos apuntes sobre cómo funciona la industria del cortometraje en Hungría?
Los cortos están prosperando, con una comunidad muy activa y una presencia constante en festivales internacionales. Anualmente se producen un centenar de cortos. Un veinte por ciento se financian con el apoyo del estado.