Tercer premio con 'Física II'en 2004, segundo con 'La culpa del alpinista' en 2005 y ahora primero con 'Traumalogía'. Está en racha.
Llevo siete años consecutivos en ALCINE consiguiendo siempre algún galardón. Ganar este premio supone la culminación a un largo recorrido, aunque tampoco era un objetivo marcado. Siempre recuerdo que ALCINE es el primer festival al que mandé un corto. Es como mi casa, el festival más importante de mi vida. La ansiedad por ganar premios en estos siete años se ha ido diluyendo. Pero desde luego que la ilusión por este galardón es equiparable a la del primero.
Rodó 'Traumalogía' en medio de la catarsis de 'AzulOscuroCasiNegro', ¿le sirvió de terapia?
Fue una manera de recuperar la libertad absoluta con respecto a mi trabajo, de seguir experimentando y aprendiendo. Hubo gente que leyó el guión y me dijo que por qué no lo hacía largometraje, que tenía argumento para ello. Salieron veinte páginas y consideré que la historia debía tener esa medida. Defenderé el formato cortometraje siempre, y no me importa que la repercusión mediática y el alcance puedan ser menores. Volver al corto fue como regresar a mi pequeño reducto, donde haces las cosas cómo quieres y con quién quieres.
Escribió el guión de un tirón. ¿En qué se inspiró?
Precisamente venía de una boda, cuando todavía estaba rodando 'AzulOscuroCasiNegro'. Recuerdo que regresábamos en un tren. Allí contemplé ese momento en el que se supone que todo debe ser feliz y perfecto. Me senté, me alejé y lo miré en perspectiva. Empecé a fabular y a reflexionar sobre lo que había detrás de esa supuesta felicidad, y qué pasaría si en el momento en el que todo debe ir bien salieran de golpe todos los traumas y las miserias familiares. Me gustaba ese contraste.
El desarrollo argumental se coloca entre el drama y la comedia. Las mejores comedias son las que tienen una base dramática fuerte, y es ahí donde me siento cómodo, planteando una situación dramática y a partir de ahí añadiéndole pinceladas de humor. Consiste en buscar el contraste a través del humor. Generar incomodidad en el espectador, que no sabe si se tiene que alegrar o todo lo contrario.
Es el decimortercer corto de su filmografía. ¿Habrá decimocuarto? De momento no, porque ahora estoy preparando mi segundo largometraje. Durante los dos próximos años me voy a volcar en ese trabajo. En principio voy a parar, pero estoy seguro que después regresaré al corto.
Raúl Arévalo, mejor actor. ¿Sigue pendiente ese rodaje con Sean Penn?
Sí. Es uno de mis proyectos futuros. Querría hacer una película con Raúl Arévalo y Sean Penn como hijo y padre. Es uno de los sueños por los que pienso luchar toda mi vida.